A raíz del homicidio de George Floyd a manos (o quizás debiera decir rodillas) de la policía se ha desatado la protesta, mezclada con saqueos y vandalismo.
He escuchado a tertulianos y opinadores en general – no es una ofensa, yo soy uno de ellos – que, en buena medida, tratan de analizar el problema desde una perspectiva política de izquierdas y derechas. No van por ahí los tiros, si se me disculpa la expresión para el país que posee la mitad de las armas de fuego de venta libre del mundo, y en el que hay más armas de fuego particulares que habitantes.
Es tan solo un episodio más de algo que se repite con frecuencia en las últimas décadas. Para ser más preciso, en las últimas siete décadas, amplificado desde 1991 por la aparición de grabaciones de vídeo que permiten exponer episodios que en otras épocas habrán pasado desapercibidos.
Pero en el fondo, no deja de ser una tontá de la historia. Un cambio que abolió la esclavitud, sin que el esquema que la mantenía se moviese demasiado. Algo parecido a lo que sucedió con el neocolonialismo, que no fue más que otra forma de colonialismo bajo un aspecto algo más presentable… y sobre todo, barato.
En fin, aquí os dejo mi visión de la historia, sacad las conclusiones que creáis pertinentes.